Joshua Oppenheimer, el director de esta película, ya había realizado varios cortos, y parece que el tema del fin del mundo y de la degradación de la humanidad, así como lo relacionado con las guerras genocidas, son cuestiones que le han preocupado desde siempre. “The act of killing” fue un documental memorable —nominado al Óscar en 2012— sobre el genocidio de Indonesia, entre 1965 y 1966, bajo la presidencia de Sukarno.
The end es el primer largometraje de este director norteamericano, aunque danés de adopción, y es además un musical.

La historia nos cuenta que el mundo está destruido hace unos veinte años y solo algunas personas han sobrevivido al apocalipsis. Una pareja, junto con algunos amigos, se han construido un búnker en una especie de mina. Consiguen así generar electricidad, tienen agua y algunos lujos. Incluso tienen un hijo. Durante algún tiempo acogen a otros supervivientes, pero la mayoría de las veces la cosa acaba en algún tipo de agresión. Por suerte, entre los supervivientes hay un médico. Es curioso, pero siempre aparece un médico en las películas apocalípticas. Veinte años después del fin del mundo, aparece una chica nueva, proveniente del exterior. Tras alguna presión del hijo de los fundadores de ese reducto, admiten finalmente a la nueva inquilina.
The End es un musical, un musical algo extemporáneo y no del todo malo. Es una película lenta y desesperante, y con un humor algo incómodo. Tal vez no habría otro modo de expresar lo infinitamente angustioso que debe ser vivir con temor a que alguien te arrebate tu casa y esperando la muerte. Vivir así fabulando un pasado idealizado y representar continuamente un papel: el de una normalidad mortuoria y subterránea.

Se me ocurre que el mejor modo de representar esta angustia es haciendo que el espectador la mastique con la desesperante duración de la cinta. Que contemplemos cómo el fin de la Tierra es un absoluto derrape mental, en medio de la nada absoluta. Donde la herencia que dejarán para el futuro consiste en una enorme construcción de miniaturas, mediante la que se van narrando los grandes hitos de la Historia Universal, o donde se hacen imitaciones de las grandes obras de arte y hasta ramos de flores. Todo ello delicadamente recreado por la madre, utilizando papel pinocho.
Sin embargo, contra todo pronóstico, la película envía un mensaje de pequeña esperanza al final. Porque donde hay vida…
THE END.
Dirigida por Joshua Oppenheimer
Guion de Oppenheimer y Rasmutteiterberg.
Dinamarca, 2025
148’
Estreno en España, el 25 de abril de 2025