El grito es la cuarta obra teatral escrita conjuntamente por Itziar Pascual y Amaranta Osorio. El texto es un encargo de Pilar de Yzaguirre y de la compañía Ysarca, que es la que pone la obra en escena. La trama argumental es lineal y sencilla. Se centra en la historia judicial de una demanda de paternidad, interpuesta por una madre soltera. Aina (interpretada con sobriedad por Nuria García) es una joven que se enamora perdidamente de su jefe, el encargado de una tienda de colchones. Se va a vivir con él y deciden tener hijos. Pero el jefe venía de un anterior matrimonio y se había hecho la vasectomía, motivo por el cual deciden optar por la inseminación artificial. La cosa se complica con la crisis económica, por lo que el jefe y compañero sentimental de Aina empieza a volverse paranoico. No solo obliga a su compañera a abandonar el trabajo, sino que además vigila neurótico su casa con cámaras de seguridad hasta en el dormitorio, sospechando de la fidelidad de su mujer. Al final, incluso oye voces y termina perdiendo también él su trabajo. Aina se queda sola con dos bebés recién nacidos y con una madre que empieza a dar preocupantes muestras de senilidad.
Lo angustioso de la obra no es tan solo la naturalidad pasmosa con la que se narran los acontecimientos, sino el modo tan elegante de mostrar cómo la vida de una mujer enamorada se puede convertir, de la noche a la mañana, en un infierno: sola, sin recursos, con dos bebés recién nacidos y una madre enferma. Si el texto es impecable en el relato, por su sencillez y naturalidad, la dirección de escena es magistral. La agilidad de la narración, la ligereza de los cambios de escena, introducen al espectador en una realidad que, sin gritos ni excesivas alaracas, termina siendo angustiosa. Es lo que dice Sigmund Freud de lo siniestro: aquello familiar que se vuelve inquietante.
Aina interpone una demanda de pensión alimenticia contra su antigua pareja, pero este recurre, alegando que él no es el padre biológico de los recién nacidos. Por los motivos que sean, la clínica de fertilización cambió las muestras del semen paterno, y la inseminación se hizo con el esperma de un extraño. De modo que, lo que antes era una demanda por alimentos, se convierte ahora para Aina en una demanda de paternidad y en un largo y doloroso proceso judicial contra la clínica.
Pero del dolor, la soledad y el sufrimiento de la protagonista, la trama argumental se va orientando cada vez más a mostrar la solidaridad entre las mujeres. Lo que hace de la obra un estupendo manifiesto feminista. Una heroica y tenaz abogada de oficio (interpretada por Lucía Barrado) se compromete, por amor de la justicia, con la desdichada madre abandonada, y honestamente rechaza las constantes ofertas de mejora económica y laboral, hechas por la competencia, a cambio de abandonar el caso. Los diálogos sobre la diferencia entre la justicia y el derecho, sostenidos entre la abogada y su clienta, suscitan la reflexión moral. La trama resulta también muy jugosa y muy brechtiana, al mostrar con sencillez los turbios enredos de la corrupción política (el soborno, el chalaneo y el amiguismo) con los que los propietarios de la clínica tratan de evitar una sentencia condenatoria. De modo que, al manifiesto feminista, se le une una velada crítica anticapitalista.
La resolución final del caso, basado en una sentencia real, termina alumbrando la esperanza.
Ficha artística
Reparto:
Empar Amat (Amparo) – Ana Fernández*
Aina Lóguez Amat y enfermera – Nuria García
Rubén Torres – Óscar Codesido
Patricia Palau – Lucía Barrado
Agustín Becerro – Alberto Iglesias
Doctor Serrano – José Luis Alcobendas**
Victoria Sau – Carlota Ferrer
- Elsa Chaves las funciones del 24 al 28 de marzo de 2021
** Pablo Turégano desde el 30 de marzo al 4 de abril de 2021
Música para escena: Carlota Ferrer (voz) & Alberto Iglesias (trompeta)
Dramaturgia – Itziar Pascual y Amaranta Osorio
Dirección – Adriana Roffi
Teatro Fernán Gómez
Centro Cultural de la Villa
Madrid, del 26 de febrero al 4 de abril de 2021
