Gervasio Tallo
Mercancía
Galería Luis Burgos
c/ Villalar, 3-5
Madrid, del 12 de septiembre al 22 de octubre de 2019
“Mercancía” es el título de la sorprendente exposición presentada por el artista canario Gervasio Tallo, en la galería Luis Burgos de Madrid. En ella muestra básicamente una serie de cartones de embalajes troquelados, reutilizados como soporte de una bella y delicada serie de pinturas, con la que pretende enfrentarse al fetichismo de la mercancía en general, y de la mercancía artística en particular. Los cartones han sido pintados siguiendo un patrón, tomado de un libro de psicología del color, con lo que consigue una presentación estéticamente bella. Pero el objetivo del artista es más bien el de criticar la ética del consumo capitalista, con su producción sistemática de mercancías, de embalajes y de residuos ecológicos. Para ello, ha transformado directamente sus obras en mercancías, quitándoles el glamour o la coartada de su carácter de “obras de arte” y le ha aplicado a sus “obras” el carácter mercantil de los productos del diseño. De este modo, afronta directamente en su exposición aquello que Lipovetsky denominaba “el capitalismo artístico expandido”.
La relación del arte con la mercancía siempre ha sido una relación tortuosa. Por un lado, el sistema mercantil degradaba la elevada pretensión del arte de ser una de las formas superiores del Espíritu, a la mera producción de objetos de consumo para clases privilegiadas. Al respecto, los artistas han decidido adoptar distintas estrategias: desde la explotación descarada del carácter mercantil de la obra de arte (la línea Warhol, Jeff Koons, Damien Hirst), hasta la renuncia al carácter objetual de la obra, experimentada sobre todo por el arte conceptual, y defendida entre nosotros por Alberto Corazón (“En favor de un arte perfectamente útil”). Es sabido que, tanto unas como otras estrategias terminaron por ser absorbidas por el mercado, y no consiguieron ni la erradicación del sistema mercantil ni la transformación de la obra de arte en otra cosa diferente de un objeto exquisito de consumo.
Gervasio Tallo tampoco lo pretende. La suya no es una exposición que siga las características del arte de la llamada “razón cínica”, ni supone tampoco una renuncia o una destrucción del carácter estético de la obra. Es por el contrario una muy bella exposición. Sus cuadritos sobre cartón son verdaderas joyas, de un resultado estético notable. Pero tampoco tienen un carácter irónico. Presenta, ciertamente, sus obras como mercancías, asumiendo lo que son. E incluso edita un interesante manifiesto, sobre una caja de cartón, explícitamente troquelada al modo de las cajas de hamburguesas. Como él mismo afirma en dicho manifiesto, tan solo pretende “con esta exposición, mostrar la atractiva y perfectamente diseñada mediatización y manipulación mental, con la que se sobreexplota y destruye el planeta”. Arte y ecología, entonces, elegantemente combinados.