Director: Jafar Panahi.
Protagonistas: Behnaz Jafari, Jafar Panahi y Marziyeh Rezaei, todos ellos interpretándose a sí mismos.
Film rodado en persa y turco, por estar protagonizado por vecinos de un pueblo en el noroeste de Irán. colindante con Turquía.
Película iraní, que obtuvo el premio al mejor guion en el festival de Cannes 2018.
Estreno en España el 23 de noviembre de 2018.
Una joven estudiante se ha preparado durante toda su vida para ser actriz. Su pueblo, su familia y en especial su hermano, la ven como una especie de amenaza para la honra familiar, como una desquiciada caprichosa. La chica hace un llamamiento dramático, a través de un vídeo que envía desde su móvil, al director Panahí, para hacérselo llegar a la prestigiosa actriz iraní Behnaz Jafari.
Desde que en 1979 Reza Pahlevi fuera derrocado por un golpe de estado islámico, dirigido por el ayatolá chiíta Jomeini, Irán volvió a la Edad Media en lo que a religión, libertad de expresión y relaciones internacionales se refiere.
Dedicarse a la interpretación ya es un pecado en sí, en el Irán actual, pero ser mujer y actriz es lo peor que le puede suceder a una familia honrada, en un pueblo de las montañas iraníes, próximas a la frontera con Armenia, Azerbaiyán, Turquía y Kurdistán.
La película es un viaje, un viaje que comienza desesperadamente en Teherán, a raíz de la recepción del vídeo y continúa plácidamente, con un ritmo calmado, contemplativo y sin apenas interferencias.
Es una proclama por la libertad de elección, de las mujeres en particular. Pero de elegir contra el destino, contra la tradición en general. Es una proclama de cómo librarse del sino y de la tradición como mordaza.
La película transcurre sin altibajos. No está interpretada, se deja ir. El espectador parece estar mirando con curiosidad. Las tres caras hacen alusión a la joven futura actriz, a la ya consolidada y a una actriz represalida y retirada en el pueblo de la joven Marziyeh. A esta anciana actriz ni siquiera le vemos la cara.
Es una película en un principio angustiosa, que se va relajando y nos acaba reconfortando. No es preciso siquiera luchar contra la tradición supersticiosa, solo decidir tomar otro camino, evitándola. Nuestro futuro no lo escribe nada ni nadie más que nosotros mismos.
Aprovechando este estreno, el pasado lunes 19 de noviembre, la asociación “Volando Vengo Transformación Social”, la presidenta de la “Fundación Pro Derechos Humanos en España”, Fariba Ehsan, con la colaboración de cines Golem, y una representación de actrices españolas, colocaron unas estrellas simbólicas en el Paseo de la Fama de Madrid, lanzando al aire sus hijabs blancos, como símbolo de los White Wednesdays iranís, a favor de la libertad de expresión femenina en Irán.
Rosa Criado Talavera.