Hay un palacio oculto en la Toscana de una belleza extravagante, que probablemente nunca visitarás….
En lo alto de una colina, en el término de Reggello, en lo más profundo de la Toscana italiana y a unos 50 km de Florencia, hay un palacio. No recibe visitantes más que en muy contadas ocasiones, y no se encuentra en las principales rutas turísticas por lo que, aunque desearas visitarlo, sólo podrías acceder al jardín botánico y parque de secuoyas gigantes que lo rodea.
Se trata del Castelo di Samezzano, un delirio ecléctico de Ximenes Panciatichi, un noble italiano que, a mediados del siglo XIX, y siguiendo la moda orientalizante del momento (otros grandes ejemplos de este estilo son el Palacio de Monserrate, en Sintra o el Royal Pavilion, en Brighton), decidió construirse un refugio alejado del mundo. Panciatichi había sido firme defensor de la causa nacional italiana (la unificación del país se llevó a cabo en diversos tratados entre 1829 y 1871), pero desilusionado por las intrigas políticas y la actitud indolente de sus coetáneos, decidió vivir sus últimos años encerrado en su maravillosa creación.
La visión de Panciatichi evocó un ambiente en el que recrear el lujo de Las mil y una noches, al tiempo que se ponían en práctica muchos de los nuevos intereses que estaban surgiendo en la arquitectura del momento: el papel de la belleza en el espacio arquitectónico, la libertad creativa del arquitecto, la búsqueda de la espiritualidad en los estilos exóticos y/o del pasado, y el simbolismo religioso o esotérico en las formas constructivas y decorativas.
Destacan salas como la de los Lirios, la de los amantes, la de las Estalactitas, la de los Espejos o la de los pavos reales. En cada una de ellas se crea una atmósfera única por medio de la luz y el color, por la repetición de motivos y por la perfección matemática de su disposición. Además, el simbolismo críptico de sus salones queda ejemplificado en una extraña inscripción “Non Plus Ultra” (no hay más allá), que parece hacer referencia a la singularidad del tesoro que contiene el interior de este palacio.
Como muchos otros tesoros del patrimonio mundial, a la muerte del marqués el castillo sufrió alternativamente abandono y dueños sin la visión o los recursos necesarios para mantenerlo, por lo que ha sido saqueado y expoliado en varias ocasiones. A pesar de su actual estado de abandono, recientemente se ha fundado un comité que intenta preservarlo y darlo a conocer (Comité FPXA 1813-2013, siglas de nuestro noble italiano Ximenes Panciatichi Fernando de Aragón), al tiempo que busca activamente algún inversor que desee financiar su restauración.
Mientras tanto, se abre al público en raras ocasiones, pero si piensas visitar la Toscana este otoño, no está demás que le eches un vistazo a su página aquí, pues la próxima apertura está planificada para el mes de octubre.
Ref. imágenes: http://www.sammezzano.org/; http://www.artribune.com/; http://curious-places.blogspot.co.uk/
