“Espejo del mundo: al otro lado, ¿qué misterios nos aguardan? Visitar un hospicio es como revivir la aventura de Alicia en el país de los espejos. Allí, donde intercambian regalos en los “no-cumpleaños”, encontramos el lugar de lo contrario, de aquello que es simétricamente opuesto, imagen invertida que confirma y a la vez reta a su modelo”.
O espelho do mundo. Juquery, a história de um asilo (1986), Maria Clementina Peireira Cunha.
Mi madre solía decir que, durante su ingreso en el hospital psiquiátrico, sentía como si estuviera atrapada en un mundo paralelo. Por las mañanas, se miraba al espejo y, en su reflejo, veía a una niña indefensa y asustada, con rasgos parecidos a los suyos, pero alterados y rígidos por la medicación. Sus uñas estaban demasiado largas, no tenía con qué cortárselas. Tampoco podía cuidarse la piel ni pintarse los labios. Se sentía desaliñada, abandonada en un lugar frío e impersonal, donde solo se oían extraños murmullos, gritos y peleas. A veces, los enfermos pretendían mantener conversaciones normales, pero mi madre se daba cuenta de que en sus diálogos no existía coherencia alguna, eran disonantes e incongruentes, propios del país de los espejos, donde nada es lo que parece ser y lo que es, nunca será.
Patricia Gómez y María Jesús González han rescatado del olvido los testimonios de aquellos que vivieron la dramática experiencia de ser internados en el antiguo Hospital Psiquiátrico de Valencia, el Padre Jofré de Bétera. La galería 1 Mira Madrid presentó, del 12 de septiembre al 2 de noviembre de 2024, algunas de las piezas que forman parte de un proyecto que las artistas comenzaron a desarrollar en 2017.
Para este proyecto, Patricia y María Jesús han trabajado como arqueólogas, interpretando y recuperando, mediante la técnica de arranque mural, las huellas que los pacientes dejaron en las paredes de este psiquiátrico abandonado. El formato utilizado para rescatar los testimonios gráficos y textuales fue el de la medida de las ventanas, un elemento simbólico que representa el espacio liminal entre lo “normal” y lo “abyecto”, entendido, según Jean-Paul Sartre, como “el rechazo de la propia libertad o autenticidad del ser humano”. Aquello que no es sujeto ni objeto y que amenaza con destruir el orden y las normas establecidas.
Las paredes son los únicos testigos que quedan del sufrimiento y la represión que vivieron los pacientes en el “lugar de los locos”, en el que algunos quedaron atrapados debido a su enfermedad y otros, por ser una amenaza para la sociedad. Al menos así lo dictaminó el régimen franquista cuando internó en el psiquiátrico a personas que estaban completamente sanas.
En la última sala de la galería, sorprendía encontrar los muros cubiertos por paneles con manchas, colores y texturas que evocaban las composiciones de Antoni Tàpies, los lienzos escultóricos de Lucio Fontana y la pintura experimental de Jean Fautrier. Con los muros arrancados, las artistas construyeron polípticos que funcionaban estética y visualmente para transformar el horror en belleza, dándole una segunda oportunidad a un lugar del que nadie esperaba nada.
Los vestigios del edificio recuperado son el lugar de la memoria y del tiempo, donde se entrelazan pasado, presente y futuro, pero ¿quiénes fueron los que dejaron estas huellas? ¿Quiénes eran los que cada mañana veían el reflejo invertido de sus rostros?
Las artistas no pudieron mostrar los nombres de estos pacientes, por lo que decidieron recuperar 112 espejos del centro de Bétera. De estos, 28 fueron expuestos en la galería, acompañados de fotografías tomadas del interior de la sala en la que se encontraban. A través de un juego visual, el reflejo de las imágenes en los espejos recreaba el ambiente del hospital. Con esta intervención, tan inteligente como creativa, las artistas nos colocaron a los espectadores en el lugar de los pacientes, invitándonos a reflexionar sobre lo que entendemos por lo “abyecto” y lo “normal”.
En esta sala, donde se destruyó el espacio liminal, me vino a la mente el rostro de mi madre reflejado en uno de los espejos del psiquiátrico: ¿Quién se preocupa hoy por los enfermos? ¿Quién se atreve a mirar a los que aún permanecen en el lugar de los “no-cumpleaños”?
Patricia Gómez y María Jesús González consiguieron recuperar las voces de los olvidados mediante una intervención artística con una potencia visual que no dejó a nadie indiferente. Con este proyecto audaz e innovador, presentado magistralmente por la galería 1 Mira Madrid, las artistas nos desafiaron a mirar la belleza de un lugar que otros despreciaron.
Constanza de Haro López
Fotografías tomadas por la autora en la galería 1 Mira Madrid.
Espejo del mundo: exposición de Patricia Gómez y María Jesús González. Galería 1 Mira Madrid/ 1MM / Argumosa, 16 bajo dch. Madrid, España. 12 sep de 2024- 02 nov de 2024.
Comisariada por Mira Bernabeu