Nuevo Orden es una magnífica película, aunque extraordinariamente dura, sobre una sociedad mejicana no tan ficticia. Es una gran producción con cientos de extras y sorprendentes planos secuencia de la Ciudad de México. De hecho, resulta de lo más verosímil que surja una revuelta popular en una república en donde dos tercios de la riqueza está en manos del diez por ciento más rico del país, donde hay 60 millones de personas que no tienen ni agua corriente. Una sociedad gobernada de manera despótica por los “güeritos” – o en palabras del director, “whitexicans”-, con una mano de obra miserable, salarios esclavistas y sin ninguna garantía social. A ese diez por ciento de mexicanos que tiene acceso a la cultura no le ha gustado mucho esta película, que parece incitar a la revolución de la clase obrera.
Michel Franco está acostumbrado a lidiar con temas inconvenientes. Parece hallarse en su salsa en terrenos como la eutanasia (Chronic, 2015) o el bullyng (Después de Lucia, 2012).
La revolución del proletariado mexicano es asumida de manera frontal, sin titubeos. La película está inspirada en el florecimiento internacional de la ultraderecha, la pandemia y la profundización global de la brecha entre pobres y ricos.
Aunque el mensaje final de Nuevo Orden sin embargo no es nada esperanzador: la revolución no trae igualdad sino más corrupción. Tal parece que, en la condición humana, la corrupción viniera de serie.
No apta para público impresionable.
Nuevo orden.
Film mejicano-francés 2020.
Dirección, guion y producción: Michel Franco.
Cine Social.
León de Plata de la Crítica de la Mostra de Venecia 2020.
Reparto: Naian González, Darío Jazbek, Diego Boneta y Fernando Cuaouthe, entre otros.
Se estrena en España el 19 de febrero de 2021