Bergman-ett år, ett liv.
Bergman, su gran año.
Un film de Jane Magnusson, Suecia 2017.
B-Reel films.
Distribuida por A Contracorriente Films.
El próximo 9 de noviembre se estrena en España un documental de largo metraje, sobre la vida del director sueco Ingmar Bergman, dirigido por la que ya se ha convertido en una experta en este director: Jane Magnusson, autora de otro documental Descubriendo a Bergman y de una serie para televisión sobre el mismo. En esta ocasión Magnusson se centra en un año crucial para la carrera de Ingmar Bergman, el de 1957. El documental puede también considerarse como un homenaje, en el centenario de su nacimiento. Esta película se ha presentado ya en Cannes, en el festival de San Sebastián y en la SEMINCI.
La directora presenta múltiples testimonios de expertos, amigos, amantes y actores, y hasta del hermano mayor de Bergman, quienes nos van describiendo a un hombre contradictorio, atormentado por su infancia y por su educación luterana. Con un padre pastor protestante, autoritario y estricto, que castigaba y atormentaba al hermano mayor. Nos habla también de una especie de misógino, que utilizaba a sus actrices y a todas las mujeres en general como objetos, objetos que intercambiaba sin mucha conciencia ni de quiénes eran, mientras permanecía inmerso en su trabajo.
Bergman era un trabajador compulsivo. Aparentemente no tenía demasiada idea de con quién estaba casado en cada momento, o de cuantos hijos tenía, pues no los veía demasiado, pero siempre estaba creando películas que hablaban de sí mismo, de sus traumas, de sus pánicos, de su obsesión por la muerte. Podría decirse que estaba centrado en su propio ombligo.
Entre tantos testimonios interesantes adivinamos a un hombre obsesionado con el pecado, la culpa y el miedo, a unos niveles abstractos y formales. Aunque parecería que era carne de psicoanálisis, confiesa sin embargo no haber visitado a un psiquiatra más que una vez en su vida, por su síndrome de piernas inquietas. La película Fanny y Alexander es fruto de esta experiencia de la culpa.
También se habla de su juventud filonazi. Su fascinación por Hitler proviene de unos intercambios con otros alumnos alemanes, y perdura hasta casi la treintena. Más tarde se arrepintió o simplemente comprobó que ya no era tan fascinante, ni íntima ni públicamente.
Magnusson se ha centrado en el año 1957 seguramente por el hecho de que fue el año de Fresas salvajes y El séptimo sello, aunque en realidad este documental recorre tanto la filmografía de Bergman, como sus montajes teatrales.
El director sueco ha sido fuente de inspiración para otros grandes directores, como Woody Allen, François Truffaut, David Linch, Martin Scorssese o el propio Lars von Triers, que también aparece en el documental.
Aunque casi todos los invitados son muy importantes en la filmografía o en la vida de Ingmar Bergman, sus actrices, sus actores, sus amantes y expertos como Maria-Pia Boëthius, hay personajes como Barbra Streisand que no dicen más que obviedades y no aportan demasiado al documental. Particularmente interesantes son las observaciones de Liv Ullmann, en cuyos brazos murió el director por mero azar. O las de la actriz Lena Olin, o el testimonio de cómo insultó y denigró al actor y director Thorsten Flink, en su interpretación de “El misántropo” de Molière.
En definitiva, se trata de un documental bastante objetivo, que nos presenta las bondades y las zonas obscuras de un cineasta irrepetible. Como artista fue inspiración de muchas generaciones posteriores, sin embargo, como persona, y en especial con las mujeres y con sus siete hijos, debió ser realmente desastroso.
Rosa Criado Talavera.