Uno de los pocos cuentos de Hans Christian Andersen que no acaba en drama es La princesa del guisante. Este cuento es, en cierto modo, el preámbulo de la historia de Las chicas están bien. Es una película que habla de mujeres que son capaces de resistir un naufragio en el Báltico y salir indemnes, y que a pesar de ello podrían ser tan sensibles como para percibir un diminuto guisante, bajo una pila de colchones.
De la fragilidad y del coraje, de la orfandad y del amor habla esta película. Y parecen ser temas que han unido a estas cinco mujeres en el proyecto.
Arana dirige a un grupo de actrices que conoce bien, y les pide que en cierto modo sean ellas mismas, mientras ensayan una obra de teatro, en una casa antigua de un pueblo apartado. A la vez, la directora escribe día a día el guion, a mano y con pluma.
Cuatro actrices y una directora-guionista-actriz, conviven así durante unos días entre ensayos y confesiones. En muchas ocasiones, las confesiones entre las protagonistas pertenecen a su intimidad personal.
El resultado de este ensayo es un poco irregular, siendo sin duda mucho más atractivos y frescos los diálogos que se producen entre las chicas, que los diálogos guionizados entre las «actrices».
Es, en cualquier caso, una película muy interesante. Por lo diferente, porque presenta a mujeres que no necesitan parecer todoterreno. No son chicas multitask, sino que son frágiles, guapas, delicadas y también todo lo contrario.
Cabe destacar además el trabajo de la directora de fotografía, Sara Gallego, en el resultado de este cuento de verano, de princesas del guisante y sapitos encantados.
Las chicas están bien.
Directora: Itsaso Arana.
Protagonistas: Itsaso Arana. Bárbara Lennie, Irene Escolar, Itziar Manero y Helena Ezquerro.
Se estrena en España el 25 de agosto.