Recuperar el pasado para preservar el futuro: vida, cultura y naturaleza

Milagros Pellicer Planells 

La galería Albarrán Bourdais acoge En esta vida hay otra vida, una exposición colectiva comisariada por Sofía Lanusse que supone una muestra del panorama artístico latinoamericano. En ella, encontramos obras de AGENdA Arq (Juliana Gallego y Camilo Restrepo. Medellín, Colombia), Tania Candiani (Ciudad de México, México), Elena Damiani (Lima, Perú), Jorge González (San Juan, Puerto Rico), Mariana Murcia & Jacob Ott (Colombia/Alemania) y Bernardo Ortiz (Bogotá, Colombia), un conjunto de artistas que reflexionan en torno a la recuperación de tradiciones ancestrales y la vinculación con la naturaleza de su tierra natal.
En esta vida hay otra vida aborda la relación entre naturaleza y humanidad, objetos y culturas, y trata de devolver la vida a aquellos aspectos casi desaparecidos de las tradiciones latinoamericanas, de manera que se pueda generar una respuesta colaborativa a la incertidumbre del futuro. Lanusse recurre a Bruno Latour (Making Things Public, 2005) para hablarnos de cómo los objetos nos ayudan a tejer redes con el mundo. Así, la muestra trata de reflexionar en torno a la ontología orientada a los objetos, y parte de textos como Vibrant Matter: a political ecology of things, de Jane Bennet. Entrelaza, de este modo, las cosmogonías indígenas con los objetos y las materialidades, creando una reflexión general en torno a la crisis climática y la pervivencia de culturas y tradiciones.
Our flesh feeling what the fish scales know (2021), Mariana Murcia & Jacob Ott. Fotografía cortesía de la galería.
La primera pieza que encontramos en la exposición es Ventifacts 4, obra de Elena Damiani. Supone un conjunto de oloides de mármol de la región peruana de Junín, inspirados por las ideas de Rudolf Steiner y Paul Schatz. Los oloides de Damiani se presentan como si estuvieran modulados por el viento, con una superficie lisa y pulida con la que trata de evocar los paisajes desérticos de Perú. La artista llama la atención sobre la agencia del viento, que diseña estos desiertos ejerciendo de modelador de la tierra a través de su vivo movimiento.
La alusión a la naturaleza pasa del viento a la vegetación en MIESUnderstandings, la obra de AGENdA Arq (Juliana Gallego y Camilo Restrepo), una pieza que surgió en el marco de la bienal de Chicago de 2017. En esta obra, los artistas, en colaboración con Johana Bojanini, repiensan las formas de hacer arquitectura a partir de los contrastes entre la rigidez de los muros de Mies Van Der Rohe y la fluidez del terciopelo de las cortinas que aquí se muestran. Cabe destacar que estas cortinas se amoldan perfectamente al espacio de la galería, hecho que nos remite a la formación arquitectónica de los artistas. Así, en MIESUnderstandings, la frialdad de los marmóreos materiales de Rohe se convierte en vida a raíz de los estampados de musgo, líquenes y orquídeas que nos transportan al trópico colombiano.
La naturaleza representada en MIESUnderstandings se vuelve parte de la materialidad de las obras de Jorge González, que denuncia las consecuencias de la colonización a partir de dos piezas. Otras formas de nosotres (a Esmeralda Morales) supone una recuperación de la tradición indígena del maguey, una de tantas técnicas ancestrales latinoamericanas respetuosas con el medio ambiente que está cerca de desaparecer debido a la intervención occidental. El artista, a través de su Escuela de Oficios, busca transmitir conocimientos heredados de sus antepasados puertorriqueños y que todavía resisten en algunas personas como Doña Esmeralda, a quien dedica la pieza.
Otras formas de nosotres (a Esmeralda Morales) (2010), Jorge González. Fotografía propia.
Asimismo, el artista también presenta Study of Toali y Toali, dos obras de 2010 y 2020, respectivamente, con las que pretende rescatar la simbología presente en la cultura material boricua, enlazando, de esta manera, tradición y modernización. Las obras, realizadas con pigmento negro de humo, muestran dos piedras talladas por los taínos que utilizaban los agricultores como ofrenda para los espíritus ancestrales. Así, el artista recupera estas tradiciones indígenas que aúnan técnica y naturaleza.
Study of Toali (2010) y Toali (2020), Jorge González. Fotografía propia.
La obra de Bernardo Ortiz, Ruido, toma tintes muy diferentes. Aquí, el artista no reflexiona en torno a culturas ancestrales, sino que crea una pieza que remite a elementos de creación mucho más reciente como son los píxeles. Ruido consta de dos elementos: por una parte, encontramos veinte dibujos sobre papel que aluden de manera visual al concepto de “abstracción”; por otra parte, el artista ha escrito un manifiesto en el que filosofa sobre el concepto de “imagen”. La obra, por lo tanto, supone un desglose tanto visual como textual de todo aquello que vemos. Ortiz fragmenta las imágenes hasta su mínima expresión y habla de cómo están presentes en otras muchas imágenes, creando una serie de redes en el mundo que van más allá de lo que nosotros, como humanos, concebimos.
Ruido (2021), Bernardo Ortiz. Fotografía propia (detalle).
Mariana Murcia & Jacob Ott nos ofrecen una pieza audiovisual de un marcado carácter ecologista. Our flesh feeling what the fish scales know toma por título una frase de Jacques Cousteau, uno de los pioneros de la resistencia ecologista. Mariana Murcia se sumerge en las aguas del jardín familiar de Jacob Ott, fundiéndose con el entorno de manera que parece convertirse en un pez, luchando contra la extrañeza que puede llegar a generarnos la naturaleza.
El agua que sirve a Mariana para sentirse en comunión con el medio se vuelve la protagonista de la pieza de Tania Candiani, Nombrar el agua. Esta obra cuenta con un elemento audiovisual que muestra un chorro de agua que se eleva y se detiene para dar lugar a una palabra en lengua nativa que la nombra. Esta palabra irá variando de lengua y significado, hasta veintidós veces, pero siempre mencionando distintas formas del agua: río, lágrimas, agua pluvial… La artista representa el sonido de cada una de estas palabras en cerámica, una técnica en la que el agua es un elemento esencial. Nombrar el agua es un homenaje a la tradición de la comunidad indígena de Tehuacán en Puebla, México, que consiste en nombrar, durante una noche, todas las cosas para que sigan existiendo. Supone, por ello, una forma de luchar contra la pérdida de estas lenguas nativas y del concepto que representan, un acto de resistencia contra la desaparición de las mismas.
Nombrar el agua (2021), Tania Candiani. Fotografía propia.
La muestra ha contado con piezas de diferentes tipologías: lo escultórico, textil, audiovisual y arquitectónico se unen para ofrecernos una alternativa al mundo que ya conocemos. Las piezas dialogan unas con otras a través de una acertada museografía, de manera que a lo largo de la exposición nos adentramos en una narración que nos lleva a reflexionar sobre nuestra relación con la Tierra. Imagen, técnica y naturaleza se entrelazan, así, para mostrarnos otros mundos, otras vidas, vidas de culturas que se apagan y que es necesario recuperar, vidas de elementos naturales que tienen mucha más agencia de la que les reconocemos, vidas del arte, de los materiales. Y es que, como dice el propio título, en esta vida hay otra vida, una vida que hay que respetar y cuidar.

Título: En esta vida hay otra vida
Comisaria: Sofía Lanusse
Artistas: AGENdA Arq, Tania Candiani, Elena Damiani,
Jorge González, Mariana Murcia & Jacob Ott y Bernardo Ortiz
25.11.21- 29.01. 22
Galería Albarrán Bourdais
C/Jorge Juan 12D 28001 Madrid