Sueños de una escritora en N.Y. es una película divertida y ágil. Una comedia blanca, sin demasiado intríngulis que ensalza dos mitos inequívocamente americanos a la vez: la figura humana de Salinger y la ciudad de Nueva York.
Finales de los noventa. La protagonista, Joanna Rakoff –autora de la novela que da origen al guión cinematográfico– decide azarosamente quedarse un tiempo en la “city”, para intentar dedicarse a la poesía. Encuentra un trabajo en la agencia literaria Harold Ober Associates, que representa a grandes novelistas, como Agatha Christie, William Faulkner, Francis Scott Fitzgerald y –cómo no– J.D. Salinger. El único e inigualable para los norteamericanos, el gran Salinger. Jerry para la protagonista.
Harold Ober es una agencia slow work, donde ni siquiera se permite la entrada de ordenadores o impresoras, una agencia literaria muy tradicional.
Joanna tendrá el nada aburrido cometido de tramitar el correo que recibe Salinger de sus fans, un correo siempre cargado de anécdotas, de historias maravillosas, que la protagonista debe responder con una fría y disuasoria nota: Salinger no desea recibir correo de sus admiradores. Finalmente, Joanna comienza a responder de manera personalizada a los lectores del modo más empático posible.
Falardeau, director y guionista, intercala vivencias amorosas, no demasiado necesarias, de Joanna y de su jefa, Sigourney Weaver (una especie de dura que se ablanda finalmente, al estilo El diablo se viste de Prada).
Sueños de una escritora en Nueva York, es una comedia muy humana, entretenida y con un toque culto, con “El guardián entre el centeno” vigilando, como telón de fondo.
My Salinger year. 2020 Canadá.
Director: Philippe Falardeau.
Guión: Philippe Falardeau, basada en la novela “My Salinger year” de Joanna Rakoff.
Intérpretes principales: Magaret Qualley y Sigourney Weaver.
Música: Martín León.
Fotografía: Sara Mishara.
101’
Acontracorriente Films
Estreno el 4 de junio.