Lidó Rico
Introspecciones
Centro Cultural Ex Capilla de Guadalupe
Ciudad de México, del 31 de enero al 5 de abril de 2020
Obsesivamente centrado en las capacidades expresivas del propio cuerpo, el artista murciano Lidó Rico, ha desplegado ahora en sus esculturas la convicción de que la verdadera materia del arte son los conceptos y, tal vez por eso, ha empezado a interesarse por la materialidad física de las ideas y por su órgano de producción que es, en último término, el cerebro. Si antes trabajaba con el cráneo (objeto escultórico por excelencia), con los hombros, los codos y hasta con las huellas digitales del propio cuerpo, recientemente parece haberse obsesionado con el cerebro y con su representación. Pero no es fácil sacar un molde plástico del propio cerebro. Y por eso, se puso en contacto con neurólogos, para tratar de pensar y de captar mejor la riqueza y la diversidad de ese órgano interior que es el cerebro.
La consecuencia provisional es esta soberbia exposición que actualmente se presenta en el Centro Cultural de la antigua Capilla de Guadalupe, de la Ciudad de México. En ella es posible ver no solo la riqueza lingüística de este artista polifacético, su barroquismo y su amor por la repetición y la proliferación de objetos, sino también su manera literal de “comerse el coco”, hasta estrujarse expresamente la cabeza, para tratar de formular nuevas ideas plásticas.
El resultado es finalmente brillante. Lidó Rico no solo maneja con extraordinario dominio el modelado y la escultura, sino también los dispositivos escenográficos, haciendo que toda su exposición Introspecciones se convierta en una formidable instalación.
Decía San Agustín que no es necesario mirar fuera de sí, sino que, en el interior del hombre habita la verdad. Lidó Rico parece haber tomado al pie de la letra esta consigna agustiniana y haber buscado en su interior esa verdad que, por todas partes, en medio de un mundo hiperconectado y sobresaturado, parece que se nos escapa.
