Como si de un poema futurista se tratase, la película La invitación nos arrastra por un continuo recital de ritmos acelerados y lentos, quizá a veces erráticos. Al principio nuestra impresión era un poco escéptica, pero a medida que avanzaba, más nos gustaba. El film es un thriller psicológico que se separa de clásicos como Hitchcock o Carpenter, tiene su propio lenguaje narrativo y un ritmo agradable para el que ya está cansado de gore barato y aburrido. Ese gore que muchas veces tapa este tipo de cine.
Eviten hacerse una opinión previa de la película. No vayan a verla pensando en ver terror psicológico. La película lo dejará claro nada más empezar: ruido sordo, diálogo y golpe, un patrón que marcará la narrativa y que volveremos a ver claramente hacia el clímax de la misma. Una fotografía muy profesional, una interpretación correcta y una dirección elegante.
Si bien la directora, Karyn Kusama, es conocida por haber creado películas con cierta polémica (Aeon Flux, Girlfight, o Jeniffer’s body), en este caso no hay discusión. Es una película buena, con un elenco de buenos secundarios. De ahí el merecido premio a la “Mejor Película”, otorgado en el prestigioso festival de Sitges.
El guion se basa en la relación de unos antiguos amigos que, como en toda película del género, hace tiempo que no se ven y han perdido los lazos. El trauma que sufre el protagonista, al recordar los hechos que le llevaron a abandonar aquel lugar dos años antes, es revivido en esta reunión. Aunque esto suene a cliché, el espectador no lo intuirá de partida y probablemente quede sorprendido (y encantado) al terminar la película. Pero no esperen un happy end tampoco.
Sobre la trama en sí, no diré nada más, para no destripar el rico contenido del film. Pero si lo desean pueden leer una pequeña sinopsis, o ver uno de los tráilers.
Will y Eden fueron en el pasado una feliz pareja con un hijo en común. Pero la muerte en trágicas circunstancias del niño afectó irremediablemente su relación, hasta el punto de que un día ella desapareció sin previo aviso. Años más tarde, Eden regresa a la ciudad casada con otro hombre y como una persona diferente: en ella parece haber cambiado algo, es ahora una persona inquietante e irreconocible, incluso para Will. Una oscura noche, éste retorna a la casa que compartió con Eden, acompañado de su nueva novia, Kira, y de un grupo de antiguos amigos. En el transcurso de la velada, a Will le aterra la evidencia de que tanto Eden como las personas que comparten ahora su vida esconden oscuras y misteriosas intenciones. Pero, ¿podemos confiar realmente en los presentimientos de Will? o, ¿es él mismo el catalizador inconsciente de esa fatalidad que intuye?