Aurelia Medina «Tengo clarísimo que no soy una artista, soy diseñadora.» | Revista Artes y Cosas

Foto:Fran Gómez Pinteño

Foto:Fran Gómez Pinteño

 

La diseñadora Aurelia Medina ha crecido, en todos los sentidos, dentro del mundo del arte. Comenzó trabajando en estampación de tejidos, luego en prensa de moda y como jefa de prensa con Pedro del Hierro, que le enseñó a trabajar con rigor y al que está muy agradecida. En el ámbito del diseño de producto, entró por la puerta grande con una colección de bolsos, adquirida por Karl Lagerfeld.

Actualmente además de bolsos, guantes y marroquinería en general, tocados o regalos de empresa, Aurelia está haciendo objetos para el hogar y, sobre todo, muebles.

Según sus propias palabras, no es buena manager para sí misma. No sabe comercializar, según dice, sus productos. Cree que no ha estado en el momento oportuno, en el sitio adecuado.

 

R.C. ¿Aurelia cuál es tu formación?

A.M. Estuve estudiando cinco años de Decoración, en Córdoba, en la Escuela de Artes y Oficios, y allí me dio clases Pepe (José Duarte, miembro del Equipo 57 y marido de Aurelia).

 

R.C. Tú nunca has tenido veleidades artísticas. ¿Eres diseñadora y nada más?

A.M. Nada más y nada menos. Quizás yo el arte lo sublimo. Yo vivo con un artista ¨de verdad¨ y sé lo que es un artista. Tengo clarísimo que no soy una artista, soy diseñadora. No es ni mejor, ni peor, es diferente. Esta es una discusión que ya se traían los griegos, creo, con lo que es útil y lo que no lo es. El Arte con mayúsculas, no yo no soy artista.

 

R.C. He leído en algunas entrevistas tuyas que afirmas que un objeto tiene que servir y que su utilidad debe ser evidente. Y que la propia utilidad constituye su belleza.

A.M. Hay máquinas, como las que se usan en marroquinería, que son preciosas y están construidas para funcionar nada más. Al parecer el diseño tiene que ser fundamentalmente útil, mientras que el arte tiene esa componente sublime, como se dice en el flamenco: el duende. Alma, el diseño no tiene alma.

Yo veo a Pepe coger un papel para hacer una raya y no es la misma raya que trazo yo. Ahí hay algo, el arte transmite cosas…

 

R.C. ¿Y no puede ser que tengas idealizado a Pepe?

A.M. No. Convivo con muchos artistas. Sí que es cierto que José Duarte pertenece a una generación en la que se trabajaba de otra manera. Ahora “arte” son muchas más cosas. En esto puede que yo esté muy anticuada. Si me preguntas si tiene que haber diseño en los museos (de moda, gráfico o de producto), te diría que sí; pero que hagan museos de diseño, no de arte. Es cierto que partimos de los mismos principios: forma, color volumen, proporción… Sin embargo, lo que nos separa es el hecho de que el diseño tenga una utilidad palpable, no un intangible.

 

R.C. Hay algunos trabajos tuyos como los bolsos, que parecen piezas escultóricas. ¿En qué medida estás influenciada por el Equipo 57 y por Pepe Duarte?

A.M. Sobre todo en la pasión y el respeto por el arte. Me encanta que mis piezas parezcan esculturas, pero de veras, tienen otro punto de partida. Aunque la influencia es indudable.

 

Foto. Rosa Criado

Aurelia trabajando en su casa. Foto: Rosa Criado

 

R.C. También te lo preguntaba porque también expones en galerías de arte y en museos.

A.M. Rafael Ortiz me lo propuso. Él y su mujer son maravillosos y me lo propusieron. El espacio es fantástico, pero fue algo casual, no era una pretensión mía. No es por elitismo. Me encantaría trabajar para Ikea. Estoy pensando en presentar unos prototipos de muebles… Me veo y encajo en Ikea, no tengo prejuicios… No estoy tan segura de cómo se trata socialmente con los operarios de Ikea, hablo en el terreno del diseño.

 

R.C. ¿Qué haces ahora mismo?

A.M. Estoy haciendo muebles sin tornillos, todo lo que estoy haciendo ahora es plas plas, ensamblajes. Las mesas no llevan ni un tornillo. Yo vendo mis mesas desmontadas en una bolsa (preciosa) de plástico, para que te la lleves en el hombro. Tengo también un dormitorio perfectamente desmontable, hecho sin un tornillo, muy fácil. El propio Equipo 57 también diseñaba muebles. Un poco en la línea de lo que luego fue Ikea. Hacían muebles perfectamente desmontables y yo he ido viviendo un poco todo eso.

 

R.C. Sí, yo he visto unos sillones preciosos de Juan Cuenca…

A.M. Preciosos. Sí. Esas son mis influencias. El concepto es ese de fondo. Yo no he sido una diseñadora precoz. Empecé con diseño de estampados. Pero mi primer bolso lo diseñé cuando ya tenía 50 años. Es cierto que ya lo tenía muy pensado y muy vivido. Pero explotó de pronto. Tengo cierto rechazo a la rutina. Empecé con los bolsos, luego guantes y tocados. Ahora me he volcado con objetos de menaje de la casa. También el mobiliario ahora me interesa más. Pero yo trabajo muy caóticamente, y si acaso me centro trazando figuras geométricas. Mi rutina sería la geometría.

 

R.C. Hace unos años, Karl Lagerfeld pidió incluir una selección de tus bolsos, para un desfile suyo en París… A mí, independientemente de su trabajo, es un tipo que no me cae bien. ¿Cómo fue tu relación con él?

A.M. Ni nos saludamos. Contactaron conmigo Arnaud Maillard y Álvaro Castejón de Alvarno, hacen las colecciones para Azzaro. Les gustaron los prototipos y me pidieron varios para un desfile en el Louvre. Estuve la noche antes del desfile en su estudio, con las modelos probándose la ropa y tomando un refrigerio. Como ya sabía que era un poco rarito, no fui a saludarle por temor a que me diera un corte. Preferí no tener una mala experiencia. Me miraba de vez en cuando. Supongo que sabía que yo era la española de los bolsos. Incluso me lo encontré tras el desfile, comprando la prensa en un kiosco, como yo, en Saint Germain. Él con su chófer esperándole en su coche. Los dos esperando para leer las críticas del desfile. No cruzamos palabra. A los genios mejor no conocerlos. Recibo felicitaciones de navidad todos los años en su nombre. Trató muy bien mi trabajo y mi nombre aparecía en todos los créditos.

 

 

Rosa Criado Talavera es licenciada en Filosofía por la Universidad de Salamanca, y especializada en Filosofía de la Ciencia por la Universidad Autónoma de Madrid. Ha realizado estudios en Los Ángeles, Florencia y Berlín. Ha trabajado como Responsable de Sensibilización en la ONG ACSUR/Las Segovias y como Responsable de Desarrollo de la Sección Nacional de Amnistía Internacional. Es traductora de El análisis de la Belleza de William Hogarth (Visor, Madrid, 1997). Ha comisariado diversas exposiciones de fotografía sobre El Salvador, Nicaragua o Haití, en el Círculo de Bellas Artes y … seguir leyendo