Una niña. Documental, 2020.

La disforia de género es un tema sobre el que todos (y todas) se sienten autorizados a opinar. Sin ir más lejos, el pasado mes de febrero, el grupo parlamentario de Unidas Podemos presentó, en nuestro país, un anteproyecto de ley que provocó durísimas críticas. Pero no solo por parte de la derechona más recalcitrante, sino también entre el propio feminismo intransigente. Esa vieja guardia para la que una mujer es solo la que menstrúa o la que engendra, y que sostiene que una persona transgénero es un violador en potencia.

Lifshitz, director del documental, ha tratado siempre temas relacionados con la identidad de género, con la construcción de lo que constituye íntimamente a la persona. En su película Bambi (2013) supo, por boca de su protagonista, que su incomodidad consigo mismo había comenzado ya a los 3 o 4 años de edad.

Para realizar esta nueva película el director puso anuncios en internet, dirigidos a padres con hijos con disforia de género en Francia. Le resultó muy difícil encontrar a alguien que se ofreciera a ser filmado en familia.

Un día llamó Karine, la madre de Sasha, y surgió una química indispensable entre ellos y el pequeño equipo de rodaje. Karine es una madre que se siente algo culpable, porque, en el embarazo, deseó una niña y hasta llegó a pensar que ese deseo pudo producir la inconformidad de su hijo. Sasha se siente niña desde que tenía 2 años y medio, según reconoce. Durante el rodaje aparece con 7 años y ya se ha identificado a sí misma sin duda como niña. Para ella no es nada sencillo interpretar papeles, se limita a estar, a jugar. Poco a poco va olvidándose del equipo, que capta sus juegos y su vida, casi a hurtadillas. Sasha les va dejando acercarse, sin decir nada, solo ignorándoles.

La película no trata de dramatizar ni enfatizar ningún aspecto en especial. Simplemente se va enfrentando con la hostilidad que el entorno externo a la familia va oponiendo constantemente, en las más pequeñas trivialidades. En el colegio, en la escuela de danza, en la “calle”. Muestra lo difícil que es encontrar profesionales psicólogos, endocrinos o pedagogos, que sepan algo del tema de disforia de género y que puedan ayudar. Y más aún en ciudades de provincias.

La familia se siente abrumada, aunque, como en tantas ocasiones, el peso de las decisiones y la búsqueda de alternativas, psicólogos, médicos, etc., recae en la madre. Los hermanos de Sasha van aceptando su transición como algo inevitable, con más naturalidad que los adultos.

Este documental es absolutamente recomendable por lo que tiene de pedagógico, porque no está construido con un guión al que ceñirse, sino que se limita a mostrar, sin adoctrinamiento,  lo angustioso que puede ser para un niño pequeño sentir que está donde no debe y que interpreta una vida de la que no puede ser protagonista. Un niño que ve sufrir a su entorno, y al que pocos amigos comprenden.

La propia Sasha a veces se pregunta si sirve de algo luchar y se le hace todo demasiado cuesta arriba. La madre, Karine, en un arrebato de optimismo dice: ”Sasha ha venido para cambiar la mentalidad de la gente”. Peut-être.

FICHA TÉCNICA Y ARTÍSTICA
Título original: Petite fille.
Dirección: Sébastien Lifshitz.
Actores: Sasha, Karine y toda su familia.
Guion: Sébastien Lifshitz.
Fotografía: Paul Guilhaume.
Música: Thibault Deboaisne.
Montaje: Pauline Gaillard.
Producción: Muriel Meynard, Fabrice Puchault, Monica Hellström.
Año de producción: 2020.
Nacionalidad: Francia, Dinamarca.
Género: Documental.
Duración: 85 minutos.
Distribuidora en España: Good Films.
Idiomas: Versión original: Francés. Subtítulos: Castellano.
Formatos disponibles: DCP-Alta Definición, Blu-Ray de Exhibición, DVD de Exhibición.
Fecha de estreno en cines: Viernes, 12 de Marzo de 2021.

Por Rosa Criado Talavera

Rosa María Criado Talavera es licenciada en Filosofía por la Universidad de Salamanca, especializada en Lógica y Filosofía de la Ciencia en la Universidad Autónoma de Madrid. Ha realizado estudios en el Istituto Lorenzo de' Medici en Florencia, en la Evans School de Los Ángeles, CA. y en los Goethe Institut de Madrid y Berlín. Ha trabajado como responsable de Sensibilización de la ONG, Acsur- Las Segovias, y realizado multiples exposiciones como comisaria en Casa de América, sobre los crímenes de los paramilitares en El Salvador, o en El Círculo de Bellas Artes sobre Haití, en programas de concienciación social. Ha trabajado como responsable de Desarrollo en la Sección Nacional de Amnistía Internacional. Ha dirigido la Fundación para la Investigación de las Cooperativas de Trabajo Asociado. Ha coordinado exposiciones de Arte como Suite Venezia De Vicente Peris en Valencia y el Círculo de Bellas Artes en Madrid. Ha traducido algunos textos del inglés, como El análisis de la Belleza de W. Hogarth, Visor.