Con la Academia hemos topado, amigo Sancho.

Salvador Perelló, profesor titular de Sociología de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid,

Foto: Salvador Perelló, profesor titular de Sociología de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (El Español.com).

A raíz del caso Cifuentes, la política española ha dado un nuevo y sorprendente giro. De repente, el curriculum académico de los políticos se ha puesto en el punto de mira. Resulta que muchos lo inflaban artificialmente, poniéndose títulos y estudios que no tenían. Pero esto, que se venía haciendo en la política española desde tiempo inmemorial, solo ahora se ha convertido en un problema para los políticos, una vez que el prestigio y la dignidad de la universidad han sido puestos en cuestión.

Porque el problema reside en que, antes, los políticos se atribuían títulos que no tenían. Y eso solamente a ellos les ponía en evidencia. Por ejemplo, Luis Roldán, que aseguraba ser ingeniero industrial, licenciado en Empresariales y con un máster económico, en realidad no había terminado el Bachillerato. O, por ejemplo, José Montilla, ex ministro de industria, ex presidente de la Generalidad y senador, que decía ser licenciado en Derecho y en Económicas, pero solamente tenía estudios primarios.

El caso Cifuentes introduce un giro nuevo, pues lo que sucede es que ahora hay colaboración y participación activa de algunas universidades en el falseamiento de estos curricula y, por tanto, lo que se produce no es solo un cohecho en la comisión de un delito, sino que también se pone en cuestión la credibilidad y la dignidad del sistema académico.

Sorprendentemente, a la hora de depurar responsabilidades en materia de corrupción de los políticos actuales, resulta que este tropiezo con la academia ha resultado ser más efectivo que la judicialización de la política. Pues, mientras que la depuración judicial de responsabilidades se enfanga en innumerables recursos, y al final parece quedarse en agua de borrajas, el choque con la universidad parece haber producido una reacción inmunológica que tratase de expulsar fuera de sí estos “cuerpos extraños”.

El verdadero héroe de todo este asunto es el profesor de Sociología de la Universidad Rey Juan Carlos, Salvador Perelló, quien, precisamente para defender la dignidad intelectual y académica de su trabajo, y de su universidad, destapó el caso Cifuentes, abriendo con ello la Caja de los Truenos que luego se ha desatado.

Por Miguel Cereceda

Miguel Cereceda es profesor de Estética y teoría de las artes en la Universidad Autónoma de Madrid, crítico de arte y comisario independiente de exposiciones. Ha publicado El lenguaje y el deseo, El origen de la mujer sujeto y Problemas del arte contemporáne@. Su último libro, sobre teoría de la crítica, "Parcial, apasionada, política", se publicó en la editorial Árdora, en Madrid, 2020. Ha sido profesor invitado en las universidades de Potsdam (República Federal Alemana) y UDLAP (México).