El artista “emergente” Juan Francisco Casas vapulea a la entrevistadora | Revista Artes y Cosas

— ¿Te interesa el arte erótico particularmente?
— No particularmente, me interesa más la vida y por lo tanto el erotismo implícito en ella.

— ¿No es demasiado prosaico pintar a boli?
— ¿Es que tienes algo en contra de la prosa?

— ¿Has pensado cambiar de marca de bolígrafo?
— Soy un hombre fiel.

— ¿Has pensado en dedicarte al cómic? Creo que además de dibujante serías un buen guionista.
— Gracias por lo de buen guionista, pero da mucho respeto y creo que es algo más que tener un poco de gracia o hacer algunos chistes malos. La verdad es que me gustaría, nunca se sabe. Por ahora me limitaré a escribir chorraditas en facebook, que sé que te gustan.

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— Quiero destacar que tu expediente académico fue el mejor de 1999. Al parecer, ya eras una joven promesa de toda la vida…

— Pues sí, fui el primero de mi promoción y premio nacional fin de carrera. Premio que me dio la ministra y tal. Sin embargo, la relación de eso con mi trayectoria artística es escasa. Desde que huí del mundo docente de Granada, mundo en el que estaba, cuando empezaron a repartirse plazas entre cónyuges de directores de departamento y cosas del género. Indirectamente eso me hizo dedicarme al cien por cien al arte, en lugar de quedarme en la universidad. Lo que, a la larga, fue la mejor decisión de mi vida. Poco a poco la pintura empezó a funcionar y descubrí que me podía ganar la vida sólo con eso. Me largué a Berlín, que es lo que estaba de moda, luego a Inglaterra y después me dieron la beca de Roma, que fue lo que cambió mi vida. También me dieron luego la beca de París, pero no fue lo mismo que la experiencia brutal y maravillosa de Roma. Desde 2011 estoy instalado del todo en Madrid. Eso sí, entre viaje y viaje, me dedico a esto tan absurdo y tan divertido que es el arte.

— Expones en NY en septiembre, describe esa próxima exposición.
— Es la segunda vez que expongo en Nueva York y esta vez será en la Galería Jonathan LeVine. Una galería que, desde hace casi 20 años, ha sido pionera en llevar el street art a los espacios galerísticos y, desde hace 10 años, están en Chelsea, con dos espacios expositivos además, en la calle 20 y en la 23. La expo se titulará “Stranger than Fiction” y llevaré seis dibujos de gran formato, con diferentes medios, en los que juego con el graffiti, el tatuaje, el texto, el sexo y el realismo, hablando con ironía de la práctica artística y de sus contradicciones.

— Al parecer, te une una gran relación de amistad con Eugenio Merino. Hasta el punto de que a veces parecéis un solo hombre. Aparentemente vuestra obra no tiene nada que ver.

— La obra de Merino y la mía no son tan distintas: en España hay muchos a quienes Franco les pone mucho.

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— Tu obra también parece entrar en contradicción con tu faceta de poeta. ¿Es la contradicción un mecanismo creativo para ti?

— Te animo a que leas alguno de mis libros. Sería una contradicción si pensaras que la poesía es lo que escriben los adolecentes cursis en sus carpetas. No todo es Bécquer o Rubén Darío. Afortunadamente hay poesía más allá de eso. Existen Bukowski, Panero, Luis Alberto de Cuenca, Girondo, Papasquiaro, Brecht, Brossa, Fonollosa, incluso Tom Waits… La poesía no tiene que ser lirismo cursi, puede ser irónica, cruda, divertida, dura, sexual, incluso todo a la vez… Más o menos como la vida.

— Con seguridad te habrán dicho que lo que haces es machista, retrógrado y hasta facha. O las tres cosas a la vez. ¿Qué piensas? ¿Te llevas bien con las feministas más radicales?

— Yo intento llevarme bien con todo el mundo, pero no sé si debería llevarme bien con nadie que lleve “radical” detrás. Sea lo que sea. Respecto a lo de facha tú tienes la primicia, así que ya me contarás por qué. Pero nadie que me conozca ni que se preocupe por rascar debajo de lo que subyace en mi obra hablaría de machismo. Igual que cuando uno ve una obra de Kosuth, se necesitan unos códigos para comprenderla. Salvando las distancias, no entiendo por qué con mi obra se piensa que no los hay. Pensar que una obra mía es sólo una chica más o menos desnuda es como pensar que una obra de Kosuth es sólo una silla y nada más. Veamos qué hay detrás de eso de llamar a un artista machista tan alegremente. Yo no considero que las mujeres que yo retrato necesiten de guardianes de su moralidad. Sin embargo, si las tratas de manera paternalista, como si fueran menores de edad mental y las consideras incapaces de decidir cómo aparecer en una obra de arte, quizás sí. No es mi caso. ¿Es el tuyo? Yo retrato a mis amigas haciendo lo que les da la gana, no a modelos a las que pago por hacer lo que yo quiero que hagan. Retrato a mujeres fuertes y seguras de sí mismas que no tienen miedo de que los salvaguardas de la moralidad las juzguen como inmorales. Ahora, ¿quién es el retrógrado?

— Me gustaría que me describieras la carga teórica que hay detrás de una maciza guapísima, poniendo carita de lujuria…

— A mí lo que me parece preocupante es la cosificación simplista de la mujer que hay detrás de la frase “maciza guapísima poniendo carita de lujuria”. Para mí no son “macizas”, son mujeres y sobre todo amigas. Merecen todas el mayor de los respetos, algo que no veo ni en la frase que dices ni en los que se manifiestan en ese tono. De hecho, ellas son representadas siempre como quieren y como ellas deciden. Si quieren poner caras las ponen y si no, pues no. Al no ser modelos profesionales, y al tener conmigo una relación muy estrecha, siempre hay mucha naturalidad y buen rollo. Nada es impostado, todo es real. Lo que se ve es lo que está pasando. No es fotografía de moda, son retratos de mi vida. Incluso si quieres hasta proustianos. Hay algunas a las que llevo pintando 15 años. Hemos vivido juntos casi de todo y mucho de eso está en las obras. Así que de banalizarlo, nada.

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— ¿Y qué carga teórica tiene esto?

— Si quieres carga teórica te puedo hablar de los intereses que se pueden ver en mi obra. La elección de temas banales o carentes de la menor trascendencia se convierte en trascendente dentro del espacio pintado, por el mero hecho de ser pintado. El “hedonismo doméstico”, la estética de imágenes que todos tomamos en casa o en nuestra vida cotidiana, precisamente por esta falta de estética y de pretensiones, por la rapidez e inmediatez y por lo que tiene de real y de vivo, por lo que tiene de deseo de congelar para siempre un momento de felicidad, de tenerlo y detenerlo para siempre, supone un fracaso irónico, pues ese momento siempre pertenecerá al pasado. La ironía de la labor artística, en la época de la reproducción digital, supone que cualquier esfuerzo consciente es parte del contenido en sí. Es una manera de subrayar el momento y la persona retratada, dotándoles de mayor importancia biográfica, por el mismo tiempo y esfuerzo empleados en su reproducción. El retrato entonces, entendido como un soporte y un medio, pero no como un fin. Las caras y los cuerpos de otras personas como medio autobiográfico, un medio para contar mi propia vida.

— ¡Qué interesante! Me gusta mucho lo que dices.

— Dicho todo esto, me interesa la idea de la representación pictórica tradicional de la mujer. El contraste que supone la nueva imagen de la mujer, desde el punto de vista del hombre y cómo, a lo largo de la historia del arte, el sentido de ser de la mujer en su representación artística es suplantado por el hecho de ser apreciada como tal por otro. Hasta hace relativamente poco, nacer mujer ha sido nacer para vivir en un espacio, bajo unos comportamientos y una imagen asignados por el hombre, y por ello las representaciones pictóricas de éstas también estaban codificadas y planteadas según dichos parámetros. En las obras de arte tradicionalmente el papel de los hombres era muy diferente al de las mujeres, así como su fin. Mientras que en la representación del hombre se plasma la imagen que éste quiere trasmitir, la representación de la mujer es la imagen que el hombre quiere que ésta tenga. Es una imagen subordinada: en palabras de John Berger, en las obras “los hombres actúan, las mujeres aparecen”. La imagen de la mujer ha sido continuamente examinada desde fuera. Su propio sentido de ser ella misma ha sido suplantado por el sentido de ser apreciada como mujer por otro. Las mujeres en mis obras no sólo actúan, sino que además actúan como ellas quieren. Es decir, los parámetros de la representación de su imagen son establecidos completamente por ellas, como definición de su propia identidad y en relación a ser presentadas dentro de una obra de arte. También tiene mucho que ver lo que suponen dentro de mis propias circunstancias biográficas.

En muchas ocasiones, como parte de mi proceso, es la propia modelo la que elige cómo quiere ser representada e incluso la imagen final. Una vez una amiga cuando se vio en una obra me dijo: “Gracias por dejarme expresarme”. Supongo que eso lo resume todo.

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 *Fotografías de Rosa Copado©
CURRICULUM:
Juan Francisco Casas nació en La Carolina, Jaén, en 1976 y se licenció en Bellas Artes por la Universidad de Granada en 1999, como primero de su promoción y obteniendo el Premio Nacional de Fin de Carrera del Ministerio de Educación y Ciencia al mejor expediente universitario de España, recibió la beca de Formación de Personal Docente e Investigador y ejerció labor docente de dibujo y grabado en el Departamento de Dibujo de la Universidad de Granada mientras realizaba el doctorado.
Fue seleccionado para la Muestra de Arte INJUVE 2002, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, ganó el Premio de Pintura ABC en 2004 y fue el representante español en la 2ª Bienal de Praga, “Expanded Painting/Acción Directa”, en 2005, organizada por la revista internacional de arte contemporáneo Flash Art Magazine y que contó entre otros con artistas internacionales de la relevancia de Damien Hirst, Maurizio Cattelan o Neo Rauch.
En 2006 participó en la exposición “Catarsis-Rituales de Purificación” en el Museo ARTIUM junto con Antoni Tapies, Antonio Saura, Miquel Barceló, Jorge Oteiza o Antoni Muntadas. En 2007 recibió Beca de la Real Academia de España en Roma donde residió hasta 2008. En esa ciudad colaboró con el artista Joseph Kosuth.
En 2010 participó en la muestra “Realismus. Das Abenteuer der Wirklichkeit” en el museo Kunsthalle der Hypo-Kulturstiftung de Munich y en el Museo Kunsthalle in Emden (Alemania) y en “The Adventure of Reality. International Realism” en el Museo Kunsthal Rotterdam (Países Bajos). Asimismo fue galardonado con la Beca del Colegio de España en París donde residió hasta fin de ese año.
En 2011 participó junto con Alex Katz, General Idea y Hans-Peter Feldmann en la colectiva “Cover girl”, en la Galerie des Galeries de Paris. 
En 2013 formó parte de la colectiva de arte español del siglo XX y XXI, “Hola! Spain. Spanish Modern and Contemporary Art” en el Cube Museum del Centro de Arte de Seongnam, (Corea del Sur) y en “De madonna a Madonna (De)construcciones de lo femenino en la sociedad contemporánea” en el Museo Da2 Domus Artium de Salamanca.
Ha realizado numerosas exposiciones individuales en Madrid, París, Bogotá, etc. y ha recibido numerosos premios y becas nacionales e internacionales.
Como labor paralela ha publicado numerosos libros entre los que destacan los poemarios “Thesummerhaikus” y “A y otros poemas de relleno” en Ediciones Alea Blanca.
Su obra se encuentra representada en importantes colecciones como el Museo ARTIUM, el Museo ABC, la Colección del Ministerio de Asuntos Exteriores, la Colección de la Junta de Andalucía, la Colección de la Real Academia de España en Roma, así como en colecciones privadas de todo el mundo.
 

Rosa Criado Talavera es licenciada en Filosofía por la Universidad de Salamanca, y especializada en Filosofía de la Ciencia por la Universidad Autónoma de Madrid. Ha realizado estudios en Los Ángeles, Florencia y Berlín. Ha trabajado como Responsable de Sensibilización en la ONG ACSUR/Las Segovias y como Responsable de Desarrollo de la Sección Nacional de Amnistía Internacional. Es traductora de El análisis de la Belleza de William Hogarth (Visor, Madrid, 1997). Ha comisariado diversas exposiciones de fotografía sobre El Salvador, Nicaragua o Haití, en el Círculo de Bellas Artes y … seguir leyendo

Por Rosa Criado Talavera

Rosa María Criado Talavera es licenciada en Filosofía por la Universidad de Salamanca, especializada en Lógica y Filosofía de la Ciencia en la Universidad Autónoma de Madrid. Ha realizado estudios en el Istituto Lorenzo de' Medici en Florencia, en la Evans School de Los Ángeles, CA. y en los Goethe Institut de Madrid y Berlín. Ha trabajado como responsable de Sensibilización de la ONG, Acsur- Las Segovias, y realizado multiples exposiciones como comisaria en Casa de América, sobre los crímenes de los paramilitares en El Salvador, o en El Círculo de Bellas Artes sobre Haití, en programas de concienciación social. Ha trabajado como responsable de Desarrollo en la Sección Nacional de Amnistía Internacional. Ha dirigido la Fundación para la Investigación de las Cooperativas de Trabajo Asociado. Ha coordinado exposiciones de Arte como Suite Venezia De Vicente Peris en Valencia y el Círculo de Bellas Artes en Madrid. Ha traducido algunos textos del inglés, como El análisis de la Belleza de W. Hogarth, Visor.